Esaú Crespo - Los Bautistas Ante El Nuevo Milenio

Esaú Crespo - Los Bautistas Ante El Nuevo Milenio



Introducción:

¿Cuáles son los retos a los que tenemos que enfrentarnos en este nuevo milenio? Mencionaremos algunos que a nuestro juicio son de más trascendencia:

I. En el area economica y social
El encarecimiento de la vida. Cada vez más el dinero pierde su valor adquisitivo. Para comprar la misma cantidad de artículos se necesita más dinero cada día.
La falta de oportunidades de superación para los más débiles que no tienen acceso a una educación más formal y profesional.
Escasez de vivienda que cada día se agudiza más y más, sobre todo por el gran auge de emigración de la población rural hacia las grandes urbes.
El desempleo galopante que está generando más calamidades no sólo sociales y económicas, sino también, psicológicas, morales y espirituales.
II. En el area familiar
Las familias cada día se están desintegrando. Es alarmante la cantidad de divorcios en que sucumben multitudes de hogares.
La irresponsabilidad y crueldad con que muchos padres tratan a sus hijos. Por ejemplo, en este momento que estoy escribiendo este mensaje, estoy viendo la noticia de una niñita recién nacida cuyo cadáver apareció asfixiado porque su madre le llenó la boquita con papel higiénico y después se la selló con un engrapador.
El irrespeto a la autoridad de parte de los hijos es alarmante.
La comunicación en el hogar es pobre ya sea por las obligaciones laborales o por la intromisión de la televisión que roba precioso tiempo que las familias debieran disfrutar.
III. En el area cultural y moral
La alienación de nuestra juventud con las modas, la música y otras expresiones artísticas que nos vienen de los países más "desarrollados".
El constante bombardeo propagandístico para convertirnos en una sociedad de consumo totalmente dependiente.
El fomento de una cultura hedonista cuya filosofía enfatiza la elevación a los altares toda sensualidad, es decir, todo estímulo a los sentidos.
IV. Pero el punto mas álgido se encuentra en el area espiritual
Ignorancia del contenido de la Biblia. Nuestros niños saben más de la televisión que de la enseñanza de la Palabra de Dios.
Con respecto a los cristianos hay una superficialidad en el estudio del Texto Sagrado. Algunos cristianos están más interesados en que la liturgia les estimule más los sentidos y no en una exposición seria de la Palabra de Dios.
Hay falta de seriedad en la obediencia a la Palabra de Dios y los que tratan de enseñarla, en su mayoría, lo hacen en una forma superficial.
Hay arrogancia, en abierto desacato a las demandas divinas sobre la humildad tal como lo enseña la Biblia en I Pedro 5: 5,6.
Hay una terrible falta de ética en los que se hacen llamar "ministros del Señor"
Abundan las ofertas de un Evangelio barato que ofrece prosperidad material a cambio de nada o de muy poco.
Existe una proliferación de doctrinas satánicas que atentan contra la ortodoxia bíblica:
El satanismo que fomenta la adoración abierta al mismo diablo.
La Nueva Era. Que es una doctrina satánica enmascarada de ciencia, filosofía, ambientalismo psicología y algunos elementos de la doctrina cristiana.
Un pentecostalismo radical que enfatiza más la experiencia que el compromiso de obediencia a la Palabra de Dios.
¿Ante toda esta vorágine de carroña cómo responder adecuadamente a este entorno deprimente? Como ministros del Evangelio somos comisionados por Dios para testificar al mundo con el mensaje: "Así dice Jehová".

I. Tenemos un llamamiento celestial (V.18)
"Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación".

Es un llamamiento por gracia. Los que servimos como ministros de la Palabra no éramos lo mejor de esta sociedad. El apóstol Pablo enseña que lo peor de este mundo escogió Dios para avergonzar a los grandes de esta sociedad. El patriarca Abraham, nuestro padre en la fe, fue llamado de una nación pagana.
Es un llamamiento para la gloria de Dios, porque la Biblia dice que Dios manifiesta su poder en nuestra debilidad. Por ejemplo, cuando David derrotó al gigante Goliat, lo hizo con armas rudimentarias y no armas profesionales para que todos entendieran que la victoria le correspondía a Dios y no al hombre.
Cuando los cristianos tenemos la firme convicción que nuestro llamamiento lo hemos recibido de Dios, no nos amedrentaremos cualquiera sea la oposición a nuestro mensaje.
II. Tenemos un mensaje que predicar (V.19)
"...que Dios estaba en Cristo reconciliando con sigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación".

Nuestro mensaje está centrado en la persona del Señor Jesucristo:
Su nacimiento virginal
Su vida santa. La Biblia dice que el Señor Jesús jamás hizo maldad ni hubo engaño en su boca.
Su muerte en la cruz fue vicaria, es decir, Él tomó el lugar que le correspondía al pecador.
Su gloriosa resurrección. Las demás religiones tienen sus fundadores hechos polvos en sus tumbas, pero nuestro Señor Jesucristo se levantó con poder de la tumba y está sentado a la diestra de Dios como Rey de reyes y Señor de Señores.
La Biblia enseña que un día el Señor vendrá por su iglesia y para juzgar a este mundo.
Jesucristo es la respuesta al pecado. El pecado es la causa principal de todas las miserias que agobian al pecador. Por la fe en Jesucristo el hombre tiene perdón de pecados.
III. Tenemos un ministerio que realizar (V.20)
"Así que somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios".

Para nosotros el ministerio es un privilegio porque Dios bien pudo mandar los ángeles a predicar, y lo habrían hecho con mayor eficiencia que nosotros los hombres, pero a Dios asi le agradó llamar a hombres imperfectos para que llevásemos su glorioso mensaje.
En este ministerio debemos insistir en hacer la obra de Dios, pues el apóstol Pablo dice en el V.20 "...como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos co Dios".
Somos llamados por Dios a restaurar la imagen suya en el hombre que fue desfigurada por causa del pecado. El Evangelio tiene como propósito restaurar la comunión del hombre con su Creador, comunión que fue interrumpida por la rebelión de la criatura humana.
IV. Tenemos una ética que practicar (6:3)
"No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea vituperado"

No servimos de tropiezo a nadie.
No tenemos intereses mezquinos. (V.5)
No hay impurezas (V.6)
No somos hipócritas (V. 6)
No andamos con mentiras (V. 7)
Honramos nuestro ministerio.
V. Tenemos una vida de pruebas para demostrar a otros y a nosotros mismo que los moviles de nuestro ministerio son de acuerdo a la palabra de Dios. (6:4-10)

Las tribulaciones que sufrimos son la demostración al mundo, a la iglesia y a nosotros mismos que losmotivos que nos impulsan a servir a Cristo son correctos y de acuerdo a la voluntad del Señor.

Conclusión:
Responderemos adecuadamente a los retos del mundo sólo si somos fieles a la Palabra de Dios, si somos dóciles a la dirección del Espíritu Santo y tenemos la firme convicción de que hemos sido llamados por Dios