Colin y Russell Standish - Pecado y Perfección
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Colin y Russell Standish - Pecado y Perfección
Colin y Russell Standish - Pecado y Perfección
Ningún aspecto de la actual controversia doctrinaria ha sido visto como una mera diferencia semántica que la definición de pecado. Y, en una base superficial, tenemos que concordar que este mal entendido es justificado. La posición adventista dice que, generalmente, cuando las Escrituras hablan de pecado, se refieren a la violación de la voluntad de Dios. Entonces, el hombre perfecto es el que obedece, impe-lido por el poder de Dios, a todo lo que Él le reveló.
El nuevo adventismo, por otro lado, ve el pecado como un alejamiento de la voluntad infinita de Dios y, por eso, la perfección es obediencia a esta voluntad infinita. Algunas de las personas más prominentes del nuevo adventismo llegan aun a declarar que todo lo que no se aproxime del conocimiento total es pecado. Aun cuando no sea esa la intención, tal afirmación querrá significar que ningún ser creado es o podrá ser perfecto, incluyendo los ángeles y los santos redimidos. Naturalmente que, en esta perspecti-va, el simple hecho de olvidarnos el nombre de alguien que conocemos podrá ser considerado como pecado. Se confunde, generalmente, el pecado por sí y el hecho de que tengamos una naturaleza peca-dora, pero el adventismo enseña que sólo pecamos cuando cedemos a la tentación.
Así, muchos miran para la diferencia entre los dos puntos de vista como siendo simplemente una de las definiciones de pecado. Estas personas encuentran que los ASD establecen un bajo padrón de pecado sobre el cual obtendrán la victoria, mientras que el nuevo adventismo establece un alto padrón para el pecado, del cual nadie saldrá victorioso. Esta línea de argumentación sigue afirmando que los que acep-tan la alta definición de pecado, están confesando que es posible obtenerse la victoria sobre el pecado, tal como es explicado por la baja definición.
Tal afirmación ha persuadido muchos ASD, principalmente porque está de acuerdo con los hechos. pero es una afirmación que contiene una seria falla y esta falla que destruye completamente el concepto de que todo no pasa de una diferencia semántica. La situación se vuelve más difícil por el hecho de que muchos de los que defienden el nuevo adventismo declaran que creen en la victoria sobre el pecado, tal como es definido por los que aceptan la baja definición. Algunas de estas personas, sin duda, creen ple-namente en esto. Otras no. Utilizan su alta definición de pecado como argumento de que el pecado, tal como definido en un sentido más bajo, no puede ser vencido.
Existe un cierto sentido fatalista al aceptarse que la eternidad es ofrecida a los que continúan en pecado de limitaciones. Esto es comprensible. Si una persona puede ser salva, aun cuando persista en un cierto tipo de pecado, no existe razón para sospechar que no pueda ser salva, aun cuando persista en otro tipo de pecados. Así, la alta definición de pecado es usada para clasificar muy por debajo el padrón de obe-diencia que Dios requiere, mientras que, paradójicamente, la baja definición de pecado eleva el padrón de la obediencia exigida por Dios. La alta definición de pecado es utilizada para negar que“Aquel que dice estar en Él, también debe andar como Él anduvo”. 1 Juan 2:6.
Por otro lado, la baja definición de pecado hace con que los seres humanos miren para Cristo como su ejemplo de obediencia.
En realidad, si creemos que Dios no nos da poder para vencer todos los pecados, nos inclinaremos a concluir que Dios no nos podrá conceder el poder para vencer cualquier pecado. Algunas personas creen poder mencionar cuales son los pecados que Dios nos puede ayudar a vencer y aquellos que no puede. Otras sugieren el factor temporal, a veces, Dios puede concedernos la victoria sobre todos los pecados. Más una vez, somos capaces de saber cuando Dios nos puede conceder la victoria y cuando no puede. Extrañamente, algunos de los que proclaman la alta definición de pecado, declaran que Cristo no hace ninguna provisión para el pecado deliberado después de la conversión, aun cuando se apresuren a decirle a sus congregaciones que David estaba salvado cuando perpetró su terrible pecado de asesinato. El castigo de Coré, datán y Abirán ha sido utilizado como ejemplo del no perdón para el pecado deliberado, pero esa prueba no puede ser apoyada a la luz del perdón de Dios para los actos pecamino-sos deliberados de Adán, Abraham, Jacob, David, Pedro y muchos otros.
El claro mensaje de Duillos es que él nos puede conceder la victoria sobre todos los pecados siempre, no para glorificación del hombre sino para que su carácter pueda ser justificado. La alta definición de pecado es utilizada muchas veces como argumento para anular este hecho.
“Nadie diga: No puedo remediar mis defectos de carácter. Si llegáis a esta decisión, ciertamente dejar-éis de alcanzar la vida eterna”. PVGM:331
Pasaremos a ilustrar el modo como esta alta definición es utilizada en la práctica. Les recordaremos a los lectores que uno de los prominentes apoyadores del nuevo adventismo declara que
“La santidad humana en esta vida es, en verdad, una quimera”. Dr. Desmond Ford, Señales de los Tiempos, Edición Australasiana, Febrero de 1978.
Esta evaluación pesimista se basa en la alta definición de pecado. Sin embargo, nosotros iremos a ver que esta alta definición es utilizada para promover, en realidad, el mismo bajo padrón que lanza la duda sobre el poder regenerador de Dios.
En ese mismo artículo, el autor cita un artículo bastante perturbador, sacado de Spectrum y que se re-fiere a la obediencia. Este artículo es citado como documento de apoyo a la tesis básica del autor de que la santidad en esta vida es imposible.
Reproducimos toda la cita, tal como aparece en el artículo de Señales de los Tiempos. Deberá ser leído muy cuidadosamente, pues expone las grandes dudas que el nuevo adventismo promueve en relación al poder que Dios le concede al alma arrepentida, para la obtención de la victoria.
“Hace mucho que sospecho que los que creen en la perfección ahora, no conocen exactamente sus im-plicaciones. Significa no solamente guardar la ley de Dios sin ninguna falta como también aprovechar todas las oportunidades para hacer buenas obras, aun cuando eso implique un sacrificio personal. signi-fica vivir en austeridad y dar todo lo que podamos a los pobres y al avance del Evangelio. Significa re-tribuir siempre el mal con el bien y nunca abrigar cualquier ofensa contra otra persona, ni por un mo-mento. Significa nunca permitir que un pensamiento impropio penetre en nuestra mente en el día Sába-do (o en cualquier otro día)Asumimos que el autor está hablando de “acariciar un mal pensamiento”; pues las tentaciones de Satanás pueden pene-trar en nuestra mente en cualquier altura. Nuestra respuesta a tales tentaciones determina si la tentación se volverá o no en pecado. , siempre interpretar de un modo caritativo el comportamiento de los otros, nunca expresamos nuestra ira bajo cualquiera de los millares de formas sutiles para las cuales siempre nos inclinamos, mostrándonos siempre alegres y sin quejarnos en tiempos adversos. Ser perfecto también significa que, cuando reflexionamos en nuestra vida, en nuestros momentos de oración, nunca seamos capaces de descubrir un único aspecto, ya sea de acción, ya sea de omisión, en que el ejemplo de Jesús sea insuficiente. ¡Hacer todo esto (y más) sin nunca tener un pensamiento de congratulación propia!
El nuevo adventismo, por otro lado, ve el pecado como un alejamiento de la voluntad infinita de Dios y, por eso, la perfección es obediencia a esta voluntad infinita. Algunas de las personas más prominentes del nuevo adventismo llegan aun a declarar que todo lo que no se aproxime del conocimiento total es pecado. Aun cuando no sea esa la intención, tal afirmación querrá significar que ningún ser creado es o podrá ser perfecto, incluyendo los ángeles y los santos redimidos. Naturalmente que, en esta perspecti-va, el simple hecho de olvidarnos el nombre de alguien que conocemos podrá ser considerado como pecado. Se confunde, generalmente, el pecado por sí y el hecho de que tengamos una naturaleza peca-dora, pero el adventismo enseña que sólo pecamos cuando cedemos a la tentación.
Así, muchos miran para la diferencia entre los dos puntos de vista como siendo simplemente una de las definiciones de pecado. Estas personas encuentran que los ASD establecen un bajo padrón de pecado sobre el cual obtendrán la victoria, mientras que el nuevo adventismo establece un alto padrón para el pecado, del cual nadie saldrá victorioso. Esta línea de argumentación sigue afirmando que los que acep-tan la alta definición de pecado, están confesando que es posible obtenerse la victoria sobre el pecado, tal como es explicado por la baja definición.
Tal afirmación ha persuadido muchos ASD, principalmente porque está de acuerdo con los hechos. pero es una afirmación que contiene una seria falla y esta falla que destruye completamente el concepto de que todo no pasa de una diferencia semántica. La situación se vuelve más difícil por el hecho de que muchos de los que defienden el nuevo adventismo declaran que creen en la victoria sobre el pecado, tal como es definido por los que aceptan la baja definición. Algunas de estas personas, sin duda, creen ple-namente en esto. Otras no. Utilizan su alta definición de pecado como argumento de que el pecado, tal como definido en un sentido más bajo, no puede ser vencido.
Existe un cierto sentido fatalista al aceptarse que la eternidad es ofrecida a los que continúan en pecado de limitaciones. Esto es comprensible. Si una persona puede ser salva, aun cuando persista en un cierto tipo de pecado, no existe razón para sospechar que no pueda ser salva, aun cuando persista en otro tipo de pecados. Así, la alta definición de pecado es usada para clasificar muy por debajo el padrón de obe-diencia que Dios requiere, mientras que, paradójicamente, la baja definición de pecado eleva el padrón de la obediencia exigida por Dios. La alta definición de pecado es utilizada para negar que“Aquel que dice estar en Él, también debe andar como Él anduvo”. 1 Juan 2:6.
Por otro lado, la baja definición de pecado hace con que los seres humanos miren para Cristo como su ejemplo de obediencia.
En realidad, si creemos que Dios no nos da poder para vencer todos los pecados, nos inclinaremos a concluir que Dios no nos podrá conceder el poder para vencer cualquier pecado. Algunas personas creen poder mencionar cuales son los pecados que Dios nos puede ayudar a vencer y aquellos que no puede. Otras sugieren el factor temporal, a veces, Dios puede concedernos la victoria sobre todos los pecados. Más una vez, somos capaces de saber cuando Dios nos puede conceder la victoria y cuando no puede. Extrañamente, algunos de los que proclaman la alta definición de pecado, declaran que Cristo no hace ninguna provisión para el pecado deliberado después de la conversión, aun cuando se apresuren a decirle a sus congregaciones que David estaba salvado cuando perpetró su terrible pecado de asesinato. El castigo de Coré, datán y Abirán ha sido utilizado como ejemplo del no perdón para el pecado deliberado, pero esa prueba no puede ser apoyada a la luz del perdón de Dios para los actos pecamino-sos deliberados de Adán, Abraham, Jacob, David, Pedro y muchos otros.
El claro mensaje de Duillos es que él nos puede conceder la victoria sobre todos los pecados siempre, no para glorificación del hombre sino para que su carácter pueda ser justificado. La alta definición de pecado es utilizada muchas veces como argumento para anular este hecho.
“Nadie diga: No puedo remediar mis defectos de carácter. Si llegáis a esta decisión, ciertamente dejar-éis de alcanzar la vida eterna”. PVGM:331
Pasaremos a ilustrar el modo como esta alta definición es utilizada en la práctica. Les recordaremos a los lectores que uno de los prominentes apoyadores del nuevo adventismo declara que
“La santidad humana en esta vida es, en verdad, una quimera”. Dr. Desmond Ford, Señales de los Tiempos, Edición Australasiana, Febrero de 1978.
Esta evaluación pesimista se basa en la alta definición de pecado. Sin embargo, nosotros iremos a ver que esta alta definición es utilizada para promover, en realidad, el mismo bajo padrón que lanza la duda sobre el poder regenerador de Dios.
En ese mismo artículo, el autor cita un artículo bastante perturbador, sacado de Spectrum y que se re-fiere a la obediencia. Este artículo es citado como documento de apoyo a la tesis básica del autor de que la santidad en esta vida es imposible.
Reproducimos toda la cita, tal como aparece en el artículo de Señales de los Tiempos. Deberá ser leído muy cuidadosamente, pues expone las grandes dudas que el nuevo adventismo promueve en relación al poder que Dios le concede al alma arrepentida, para la obtención de la victoria.
“Hace mucho que sospecho que los que creen en la perfección ahora, no conocen exactamente sus im-plicaciones. Significa no solamente guardar la ley de Dios sin ninguna falta como también aprovechar todas las oportunidades para hacer buenas obras, aun cuando eso implique un sacrificio personal. signi-fica vivir en austeridad y dar todo lo que podamos a los pobres y al avance del Evangelio. Significa re-tribuir siempre el mal con el bien y nunca abrigar cualquier ofensa contra otra persona, ni por un mo-mento. Significa nunca permitir que un pensamiento impropio penetre en nuestra mente en el día Sába-do (o en cualquier otro día)Asumimos que el autor está hablando de “acariciar un mal pensamiento”; pues las tentaciones de Satanás pueden pene-trar en nuestra mente en cualquier altura. Nuestra respuesta a tales tentaciones determina si la tentación se volverá o no en pecado. , siempre interpretar de un modo caritativo el comportamiento de los otros, nunca expresamos nuestra ira bajo cualquiera de los millares de formas sutiles para las cuales siempre nos inclinamos, mostrándonos siempre alegres y sin quejarnos en tiempos adversos. Ser perfecto también significa que, cuando reflexionamos en nuestra vida, en nuestros momentos de oración, nunca seamos capaces de descubrir un único aspecto, ya sea de acción, ya sea de omisión, en que el ejemplo de Jesús sea insuficiente. ¡Hacer todo esto (y más) sin nunca tener un pensamiento de congratulación propia!
Última edición por PREDICADOR el Sáb Mar 24, 2012 9:57 pm, editado 1 vez
Re: Colin y Russell Standish - Pecado y Perfección
Cuando pienso en lo que realmente significa la perfección en términos reales, me siento tentado a de-cirle a los que consideran que la perfección sea posible; ‘Oh, ¡déjense de eso! ¿A quién están tratando de engañar?”.
Reo M. Christenson, Spectrum, Volumen 8, Número 4, citado en Señales de los Tiempos, Edición Australasiana, Febrero de 1978.
Es de notar que cualquier falla en la satisfacción del plan de Dios, citado en el texto anterior, es pecado, ya sea se acepte la baja definición de pecado, ya sea que aceptemos la alta definición. De este modo, tenemos ahora la oportunidad de comparar los efectos prácticos de ambas definiciones sin recorrer a la resolución de las sutilezas semánticas. Subscriptores de ambas definiciones concordarán que es un pe-cado no pagar el mal con el bien, o mostrarnos tristes y quejosos en tiempos de adversidad, o darle paso a la ira. Pero vemos aquí el nuevo adventismo utilizando un lenguaje algo no moderado, estableciendo que la obediencia, en lo relacionado a estos puntos, es imposible. Así, la alta definición es utilizada para promover un padrón muy mezquino.
Por otro lado, los que aceptan la visión escriturística de pecado, tal como es consistentemente enseñada por los ASD hasta nuestros días, reconocen que todos estos pecados deben ser abandonados por todos los que invocan el nombre de Cristo. Así, la baja definición de pecado anima a un alto padrón de obe-diencia. Eleva la obediencia ante todas las voluntades reveladas de Dios en la vida de cada individuo. Observe las palabras de la inspiración.
“Cuando Cristo reina en el alma hay pureza y libertad del pecado … La aceptación del Salvador trae perfecta paz, perfecto amor, perfecta seguridad”. PVGM:420.
Y una vez más leemos,
“El ideal de Dios para Sus hijos es más alto de lo que puede alcanzar el pensamiento humano. ‘sed vo-sotros perfectos, como es perfecto vuestro Padre que está en los Cielos’. Este mandamiento es una promesa. El plan de la redención quiere nuestra liberación del poder de Satanás”. DTG:330.
Ciertamente que el padrón establecido ante el pueblo de Dios por aquellos que promueven el nuevo ad-ventismo no es más alto que la mayor parte de los pensamientos humanos. ¿Por qué, entonces, nos pe-dirían para medir las exigencias de Dios por el padrón de adquisición de las que se refieren a nosotros? Debemos preguntarnos a nosotros mismos: “¿Creemos verdaderamente que las órdenes de Dios son sus promesas?”. Examinemos el concepto escriturística de pecado. No podemos ignorar que, tanto la Escri-tura, como el Espíritu de Profecía hablan de pecados de ignorancia. Sin embargo, debemos investigar el uso de la palabra pecado, cuando es usada en las Escrituras. Son citados, como ejemplo, cinco textos de la Biblia, para que el lector los pueda tomar en consideración. Estos textos deben ser leídos, interpre-tando la palabra pecado del punto de vista del nuevo adventismo y después del punto de vista ASD. Se descubrirá, entonces, que los textos no pasarían de una burla, si fuese utilizada la alta definición de pe-cado.
“Después Jesús lo encontró en el templo, y le dijo: mira, ya estás curado; no peques más, para que no te suceda una cosa peor”. Juan 5:14.
“Respondió ella: nadie, Señor. Y le dijo Jesús: ni yo te condeno; vete y no peques más”.Juan 8:11.
Reo M. Christenson, Spectrum, Volumen 8, Número 4, citado en Señales de los Tiempos, Edición Australasiana, Febrero de 1978.
Es de notar que cualquier falla en la satisfacción del plan de Dios, citado en el texto anterior, es pecado, ya sea se acepte la baja definición de pecado, ya sea que aceptemos la alta definición. De este modo, tenemos ahora la oportunidad de comparar los efectos prácticos de ambas definiciones sin recorrer a la resolución de las sutilezas semánticas. Subscriptores de ambas definiciones concordarán que es un pe-cado no pagar el mal con el bien, o mostrarnos tristes y quejosos en tiempos de adversidad, o darle paso a la ira. Pero vemos aquí el nuevo adventismo utilizando un lenguaje algo no moderado, estableciendo que la obediencia, en lo relacionado a estos puntos, es imposible. Así, la alta definición es utilizada para promover un padrón muy mezquino.
Por otro lado, los que aceptan la visión escriturística de pecado, tal como es consistentemente enseñada por los ASD hasta nuestros días, reconocen que todos estos pecados deben ser abandonados por todos los que invocan el nombre de Cristo. Así, la baja definición de pecado anima a un alto padrón de obe-diencia. Eleva la obediencia ante todas las voluntades reveladas de Dios en la vida de cada individuo. Observe las palabras de la inspiración.
“Cuando Cristo reina en el alma hay pureza y libertad del pecado … La aceptación del Salvador trae perfecta paz, perfecto amor, perfecta seguridad”. PVGM:420.
Y una vez más leemos,
“El ideal de Dios para Sus hijos es más alto de lo que puede alcanzar el pensamiento humano. ‘sed vo-sotros perfectos, como es perfecto vuestro Padre que está en los Cielos’. Este mandamiento es una promesa. El plan de la redención quiere nuestra liberación del poder de Satanás”. DTG:330.
Ciertamente que el padrón establecido ante el pueblo de Dios por aquellos que promueven el nuevo ad-ventismo no es más alto que la mayor parte de los pensamientos humanos. ¿Por qué, entonces, nos pe-dirían para medir las exigencias de Dios por el padrón de adquisición de las que se refieren a nosotros? Debemos preguntarnos a nosotros mismos: “¿Creemos verdaderamente que las órdenes de Dios son sus promesas?”. Examinemos el concepto escriturística de pecado. No podemos ignorar que, tanto la Escri-tura, como el Espíritu de Profecía hablan de pecados de ignorancia. Sin embargo, debemos investigar el uso de la palabra pecado, cuando es usada en las Escrituras. Son citados, como ejemplo, cinco textos de la Biblia, para que el lector los pueda tomar en consideración. Estos textos deben ser leídos, interpre-tando la palabra pecado del punto de vista del nuevo adventismo y después del punto de vista ASD. Se descubrirá, entonces, que los textos no pasarían de una burla, si fuese utilizada la alta definición de pe-cado.
“Después Jesús lo encontró en el templo, y le dijo: mira, ya estás curado; no peques más, para que no te suceda una cosa peor”. Juan 5:14.
“Respondió ella: nadie, Señor. Y le dijo Jesús: ni yo te condeno; vete y no peques más”.Juan 8:11.
Última edición por PREDICADOR el Sáb Mar 24, 2012 9:59 pm, editado 1 vez
Re: Colin y Russell Standish - Pecado y Perfección
“Despertad para la justicia y no pequéis más…”.1 Corintios 15:34.
“Hijitos míos, estas cosas os escribo, para que no pequéis; pero, si alguien peca, tenemos un Abogado para con el Padre, Jesucristo, el justo”. 1 Juan 2:1.
“Aquel que es nacido de Dios no comete pecado; porque su simiente permanece en él, y no puede pecar, porque es nacido de Dios”. 1 Juan 3:9.
Por la definición que la Biblia da de pecado, este tiene dos características evidentes:
1.- Conocimiento.
2.- Volición (ejercicio de la voluntad).
Así, el pecado es un acto premeditado y, por eso, inexcusable. Al substituir la definición bíblica de pe-cado por la alta definición, el nuevo adventismo presenta una disculpa para el pecado, que es aceptada demasiado rápidamente por algunas personas que adhieren a los falsos puntos de vista ahora en circula-ción en nuestra iglesia. Si la falta de conocimiento total es pecado y Dios no nos reveló Sus preceptos infinitos, casi podremos inferir que Dios es el autor del pecado.
La Biblia aclara que debemos conocer, antes de poder pecar.
“Aquel, pues, que sabe hacer el bien y no lo hace, comete pecado”. Santiago 4:17.
El propio Jesús aclaró la cuestión más allá de cualquier duda.
“Les respondió Jesús: si fueseis ciegos, no tendríais pecado; pero como ahora decís: nosotros vemos, permanece vuestro pecado”. Juan 9:41.
“Si yo no hubiese venido y les hubiese hablado, no tendrían pecado; ahora, sin embargo, no tienen disculpa de su pecado”. Juan 15:22.
En los primeros tiempos de la guarda del Sábado entre los adventistas, ellos erradamente guardaban el Sábado desde las seis horas de la mañana hasta las seis horas de la tarde, hasta que fueron correctamen-te dirigidos por un ángel. La hermana White quedó perturbada por haber quebrado inconcientemente el mandamiento, pero el ángel le dijo, en respuesta a su angustia:
“Dijo el ángel: ‘Siendo esclarecidos pero al poner la luz a un lado, o rechazándola, las personas verán caer sobre sí la condenación y la mirada desaprobadora de Dios; pero antes de ser instruidos, no come-ten pecado, pues no existe luz para rechazar’”. 1 T:116.
Pablo, en uno de sus famosos discursos, expresó esta misma verdad, aun cuando lo hizo de un modo diferente.
“Pero Dios, no llevando en cuenta los tiempos de ignorancia…”. Hechos 17:30
Queda entonces claro que, aun sin conocer la ley de Dios, algunos podrán ser salvos.
“Hay entre los gentiles, almas que sirven a Dios ignorantemente, a quien el mensaje nunca le fue llevado por instrumentos humanos; estos no perecerán. Aun cuando ignoren la ley escrita de Dios, oyeron Su voz a hablarles por medio de la naturaleza e hicieron aquello que la ley requería”. DTG:694.
De este modo, el Espíritu de Profecía nos asegura que
“No hay disculpas para pecar”. DTG:330.
Si adoptamos el punto de vista que no tiene donde apoyarse y que ahora circula en nuestra iglesia, esto no será así. Acuérdese,
“Nadie podrá ser forzado a transgredir. Primero tendremos que dar nuestro consentimiento; el alma de-be proyectar cometer un acto pecaminoso, antes que la pasión domine sobre la razón, o la iniquidad triunfe sobre la conciencia. La tentación, por más fuerte que sea, nunca es una disculpa para el pecado”.5 T:177.
Este manuscrito no lidia, en detalle, con el error del pecado original. Eso fue muy bien hecho por el Dr. Ralph Larson – Seminario ASD de Teología, Filipinas – en sus artículos “Deberá la doctrina de Agustín sobre el pecado original ser añadida a la teología ASD”? Y “¿Quién precisa del pecado original? Son artículos altamente recomendados
Observen que la hermana White enfatiza la volición (ejercicio de la voluntad) como elemento esencial del pecado. Al reconocerse que el conocimiento y el ejercicio de la voluntad son cualidades indispen-sables del pecado, todo el concepto original de pecado se vuelve absurdo. Esta es más una de las in-venciones de Agustín, basada en su educación pagana, que fue rechazada por los ASD, hasta que el nuevo adventismo trató de popularizarla entre el pueblo de Dios como un refuerzo de su premisa de que el pecado es inevitable, disminuyendo, de este modo, la culpabilidad del hombre ante su propio, pecado.
Observen el modo como el Espíritu de Profecía, al reconocer el carácter infinito de la Ley de Dios, con-firma que los hijos de Dios cumplirán la ley.
“Dios requiere de Sus hijos perfección. Su ley es una trascripción de Su propio carácter, y es el padrón de todo carácter. Esta norma infinita es presentada a todos, para que no haya mala comprensión en lo tocante a la especie de hombres que Dios quiere tener para componer Su reino. La vida de Cristo en la tierra fue una expresión perfecta de la ley de Dios, y cuando los que profesan ser Sus hijos reciban el carácter semejante al de Cristo, obedecerán a los mandamientos de Dios. Entonces el Señor puede con-tarlos con toda confianza entre los que formarán la familia del Cielo”.PVGM:315.
“Hijitos míos, estas cosas os escribo, para que no pequéis; pero, si alguien peca, tenemos un Abogado para con el Padre, Jesucristo, el justo”. 1 Juan 2:1.
“Aquel que es nacido de Dios no comete pecado; porque su simiente permanece en él, y no puede pecar, porque es nacido de Dios”. 1 Juan 3:9.
Por la definición que la Biblia da de pecado, este tiene dos características evidentes:
1.- Conocimiento.
2.- Volición (ejercicio de la voluntad).
Así, el pecado es un acto premeditado y, por eso, inexcusable. Al substituir la definición bíblica de pe-cado por la alta definición, el nuevo adventismo presenta una disculpa para el pecado, que es aceptada demasiado rápidamente por algunas personas que adhieren a los falsos puntos de vista ahora en circula-ción en nuestra iglesia. Si la falta de conocimiento total es pecado y Dios no nos reveló Sus preceptos infinitos, casi podremos inferir que Dios es el autor del pecado.
La Biblia aclara que debemos conocer, antes de poder pecar.
“Aquel, pues, que sabe hacer el bien y no lo hace, comete pecado”. Santiago 4:17.
El propio Jesús aclaró la cuestión más allá de cualquier duda.
“Les respondió Jesús: si fueseis ciegos, no tendríais pecado; pero como ahora decís: nosotros vemos, permanece vuestro pecado”. Juan 9:41.
“Si yo no hubiese venido y les hubiese hablado, no tendrían pecado; ahora, sin embargo, no tienen disculpa de su pecado”. Juan 15:22.
En los primeros tiempos de la guarda del Sábado entre los adventistas, ellos erradamente guardaban el Sábado desde las seis horas de la mañana hasta las seis horas de la tarde, hasta que fueron correctamen-te dirigidos por un ángel. La hermana White quedó perturbada por haber quebrado inconcientemente el mandamiento, pero el ángel le dijo, en respuesta a su angustia:
“Dijo el ángel: ‘Siendo esclarecidos pero al poner la luz a un lado, o rechazándola, las personas verán caer sobre sí la condenación y la mirada desaprobadora de Dios; pero antes de ser instruidos, no come-ten pecado, pues no existe luz para rechazar’”. 1 T:116.
Pablo, en uno de sus famosos discursos, expresó esta misma verdad, aun cuando lo hizo de un modo diferente.
“Pero Dios, no llevando en cuenta los tiempos de ignorancia…”. Hechos 17:30
Queda entonces claro que, aun sin conocer la ley de Dios, algunos podrán ser salvos.
“Hay entre los gentiles, almas que sirven a Dios ignorantemente, a quien el mensaje nunca le fue llevado por instrumentos humanos; estos no perecerán. Aun cuando ignoren la ley escrita de Dios, oyeron Su voz a hablarles por medio de la naturaleza e hicieron aquello que la ley requería”. DTG:694.
De este modo, el Espíritu de Profecía nos asegura que
“No hay disculpas para pecar”. DTG:330.
Si adoptamos el punto de vista que no tiene donde apoyarse y que ahora circula en nuestra iglesia, esto no será así. Acuérdese,
“Nadie podrá ser forzado a transgredir. Primero tendremos que dar nuestro consentimiento; el alma de-be proyectar cometer un acto pecaminoso, antes que la pasión domine sobre la razón, o la iniquidad triunfe sobre la conciencia. La tentación, por más fuerte que sea, nunca es una disculpa para el pecado”.5 T:177.
Este manuscrito no lidia, en detalle, con el error del pecado original. Eso fue muy bien hecho por el Dr. Ralph Larson – Seminario ASD de Teología, Filipinas – en sus artículos “Deberá la doctrina de Agustín sobre el pecado original ser añadida a la teología ASD”? Y “¿Quién precisa del pecado original? Son artículos altamente recomendados
Observen que la hermana White enfatiza la volición (ejercicio de la voluntad) como elemento esencial del pecado. Al reconocerse que el conocimiento y el ejercicio de la voluntad son cualidades indispen-sables del pecado, todo el concepto original de pecado se vuelve absurdo. Esta es más una de las in-venciones de Agustín, basada en su educación pagana, que fue rechazada por los ASD, hasta que el nuevo adventismo trató de popularizarla entre el pueblo de Dios como un refuerzo de su premisa de que el pecado es inevitable, disminuyendo, de este modo, la culpabilidad del hombre ante su propio, pecado.
Observen el modo como el Espíritu de Profecía, al reconocer el carácter infinito de la Ley de Dios, con-firma que los hijos de Dios cumplirán la ley.
“Dios requiere de Sus hijos perfección. Su ley es una trascripción de Su propio carácter, y es el padrón de todo carácter. Esta norma infinita es presentada a todos, para que no haya mala comprensión en lo tocante a la especie de hombres que Dios quiere tener para componer Su reino. La vida de Cristo en la tierra fue una expresión perfecta de la ley de Dios, y cuando los que profesan ser Sus hijos reciban el carácter semejante al de Cristo, obedecerán a los mandamientos de Dios. Entonces el Señor puede con-tarlos con toda confianza entre los que formarán la familia del Cielo”.PVGM:315.
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